La Iglesia de San Lorenzo dos Grilos se halla en el casco antiguo, muy cerca de la Catedral de la Sé. No es muy impactante pero merece la pena visitarla.
La Iglesia San Lorenzo dos Grilos es la iglesia más céntrica y curiosa de la ciudad debido a su simplicidad, pero a su vez a su gran importancia en el paisaje de Oporto. Se encuentra muy próxima a la Catedral de la Sé, justo en frente, bajando hacia una pequeña plaza.
Su construcción se inició en el año 1577 por la Orden de los Jesuitas, pero no fue hasta bien entrado el siglo XVIII cuando los trabajos llegaron a su fin. Los fondos para su levantamiento fueron recaudados entre los fieles y las personalidades adineradas de la época, que dieron grandes sumas de dinero por ser enterrados en la iglesia.
Los orígenes del nombre de San Lorenzo de los Grillos se remontan al poco de ser finalizada la construcción de la iglesia, cuando los Jesuitas fueron expulsados y acto seguido el templo fue donado a la Universidad de Coímbra. Poco después la Orden de los Agustinos compró la iglesia. La vestimenta oscura que lucían los hermanos de la congregación les valió el sobrenombre de los Frailes-grillo, de ahí el nombre.
La fachada principal no tiene nada del otro mundo en comparación con otras iglesias de Oporto, que lucen grandes decoraciones. El estilo manierista portugués propio de la época se hace claramente visible. Los elementos más llamativos son las columnas corintias que acompañan a la puerta principal, algunos emblemas y escudos y la cruz que se alza en el punto más alto del edificio.
El interior de la iglesia es lo más destacado. Su sencilla decoración le da un aspecto de armonía y tranquilidad, además de una belleza especial. Dispone de una sola nave con una cuidada bóveda de granito, sujeta por gruesas columnas de piedra en las que se abren nichos tallados, donde se cobijan pequeñas figuras de apóstoles y evangelistas.